15 Jun
15Jun

Semanas previas, había soñado que la ruta era un éxito y seguramente, no era más que las enormes ganas de que mi deseo se cumpliera. A pesar incluso de que los pronósticos del tiempo eran muy inciertos días antes, confiaba en que fuera posible... ¡y así fue! ¡sueño cumplido!. Tuvimos un tiempo de lujo, un grupo increíble y todo lo que había llovido, nos ha regalado unos paisajes de cuento. 

Dos guías, 2 etapas de 46km con +1.200m, y 65km con +1.320m, transitando principalmente por pistas anchas de tierra, lo que permitía poder rodar prestando atención al entorno espectacular del Parque Natural del Tajo. Se trata de una ruta de una exigencia física moderada-alta, pero detrás de cada cuesta había un regalo esperando, un premio.  

Siempre me pasa que quiero grabar y fotografiar todo para poder recordar cada rincón, la luz del momento, el color de los árboles y del agua, las bicicletas serpenteando los caminos, las expresiones de los compañeros de viaje... Y esta es precisamente la magia y los regalos que trae la experiencia: Momentos efímeros compartidos que son únicos e irrepetibles, paisajes de postal donde parece que estás perdido en medio de la nada, y al mismo tiempo sentir que estás en el centro de todo.

Este viaje es la inolvidable aventura de ese camino que se fue escribiendo al momento junto a Laura, Olga, Mercedes, Fernando, Ana, Livia y Sancho. Un recorrido que se enriqueció con historias particulares, de los lugareños, del disfrute de la gastronomía serrana, de tradición de gancheros, de comprobar que somos capaces de superar límites insospechados, de la camaradería, del  saludable "ayuno digital" y de tantos detalles que se pueden contar, pero nada comparable con poder vivirlo y sentirlo.

Esta primera edición tan especial, que da el pistoletazo de salida a este proyecto, se ha cerrado con un broche de oro. Me siento afortunada y muy agradecida. ¡¡Vamos a por la siguiente!!.

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